En un instante nacemos, en otro morimos. Resulta curioso que esos espacios breves de tiempo, fugitivos, frágiles y efímeros nos condicionen tanto la existencia que se conviertan en el título necesario de los capítulos de las historias que vivimos. Cuentos, leyendas, fábulas, intrigas, mentiras, traiciones, incomprensiones, odios, amores, enredos, sentimientos al fin, son los que modifican el rumbo del camino que sucede entre ellos, la Vida.
jueves, 17 de marzo de 2011
El valor de la ira
La ira te hace sentir muy vivo si no la temes y sabes aceptarla. Debe ser herencia genética, supongo. A fin de cuentas la ira nos sirvió para salir adelante en los tiempos que había que luchar con hachas de piedra y garrotes para perpetuar el genoma y la tribu. Nosotros no somos más que descendientes de los clanes que ganaron sus guerras y para eso se necesita furia. Además la ira hace fluir la sangre a las extremidades, la adrenalina te sale por las orejas y los reflejos se agudizan. Cuando estás tan chutado pueden pegarte un par de hachazos y ni te enteras. Pero si no vas a enfrentarte a algo no necesitas la ira, como tampoco se debe utilizar siempre. Una persona permanentemente airada puede resultar aburrida.
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3 comentarios:
mirada felina!!!!!
Para Oso cavernario, una plantígrad@ muy sensual
Eso es porque no han visto la tuya...
es profunda!!!!!!
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