viernes, 18 de marzo de 2011

Con la mirada fija en el cielo


No hay que enamorarse nunca de una criatura salvaje. Esa fue siempre mi equivocación: me llevaba a casa seres salvajes. Águilas con el ala rota. Otra vez me llevé un lince rojo con una pata fracturada y la última fue una pantera -negra como el ébano- que había sido maltratada en un circo.

Pero no hay que entregarles el corazón a los seres salvajes: cuanto más se lo entregas, más fuertes se hacen. Hasta que se sienten lo suficientemente fuertes como para huir al bosque. O subirse volando al pico de una montaña. Y luego a otro pico más alto. Y luego al cielo. Así he acabado yo: con la mirada fija en el cielo.


Adaptación de uno de los diálogos que aparecen en la novela "Desayuno en Tiffany's" de Truman Capote

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La criatura salvaje es más desconfiada (debe sobrevivir por sus própios medios). Tal vez por eso huye.

Ya veo que ibas para "veterinario" :)

Anónimo dijo...

Vengo a dejarte un beso, mucho cariño y un montón de FELICIDADES¡¡¡

Ernesto Líneas dijo...

Para Oso cavernario, muy meritoria

Mi vocación por la Veterinaría nació cuando descubrí la especie del 'Oso cavernario' :)

Para calma, dejándome lo mejor

Un muchomontón de gracias :D

Anónimo dijo...

Buena especie, si señor! :)