jueves, 17 de marzo de 2011

El valor de la ira




La ira te hace sentir muy vivo si no la temes y sabes aceptarla. Debe ser herencia genética, supongo. A fin de cuentas la ira nos sirvió para salir adelante en los tiempos que había que luchar con hachas de piedra y garrotes para perpetuar el genoma y la tribu. Nosotros no somos más que descendientes de los clanes que ganaron sus guerras y para eso se necesita furia. Además la ira hace fluir la sangre a las extremidades, la adrenalina te sale por las orejas y los reflejos se agudizan. Cuando estás tan chutado pueden pegarte un par de hachazos y ni te enteras. Pero si no vas a enfrentarte a algo no necesitas la ira, como tampoco se debe utilizar siempre. Una persona permanentemente airada puede resultar aburrida.