martes, 28 de junio de 2011

Entre tus piernas: la visión de ella


Sirena buscando a Neptuno. Sirena buscando a Neptuno.

Así comenzó mi verano. Me dijeron, que a veces, no basta con desearlo, sino que hay que lanzar un "S.O.S.", o dos, o miles, o mucho mejor, salir en su busca.

Viajé a la Antartida, pensando que ante un corazón latino de sirena apasionada, ni el más duro iceberg conseguiría retener a "mi" Neptuno. Pero allí no estaba.

Viajé al Caribe, por ver, si con mis contoneos al son y ritmo salsero, conseguiría evocar a mi tan ansiado tesoro. Pero allí no estaba.

Cansada ya de buscar en lugares tan dispares, y después de una suculenta comida, y sofocante siesta a la sombra de una sombrilla, abrí mis ojos, y allí estaba..¡¡¡¡¡entre mis piernas!!!!.

No tenía tridente, ni corona, ni melenas, ni esas barbas que yo había soñado viendo los miles de retratos que hasta la fecha habían caido en mis manos.

He de decir que tampoco sabía planchar, pero tenía que ser él, ¿a quién sino, el destino, hubiera situado en lugar tan indiscreto y sugerente?

La aventura, había comenzado.

Todo el mundo sueña con vivir una aventura: unos pocos se lanzan a ella con frenesí, otros se la encuentran por el camino, hay a quienes la vida les empuja...pero la gran mayoría nunca se han atrevido a ir en su busca.

No se trataba sólo de recorrer miles de kilometros, viajar a Punta Cana, a Moscú, a Africa, la aventura a veces es una decisión tomada desde la tumbona de todos los veranos, es saber lo que queremos, y sobre todo, lo que no queremos, y decidir romper amarras.

Todavía no ha acabado el verano, ni acabará. No es una aventura de verano. Es la aventura de la vida.