jueves, 31 de marzo de 2011

Dueño de las palabras



Vuelvo a ser el dueño de las palabras,
Vuelven las caricias confusas
Los sentimientos tupidos
El deseo incierto,
Retorna la ilusión...dormida.
De nuevo estoy lúcido…
Y tan solo como entonces.
Me cubren de pétalos de silencio.
Y sin embargo penetro en la tormenta.
Me refugio en el balanceo de su calma.
En la dulce amargura de no poder llorar.
No hay nada extraño, ni eterno, ni sustancial,
En realidad todo estuvo en mí,
Todo nace hoy, como siempre,
Otra vez.
Huelo el agua, el Amor ahogado.
Y sencillamente me duermo.
Sin esperarte, ni odiarte, ni lamentarte.
Y vivo.
Sin sufrirte, ni llorarte, ni desafiarte.
Recupero las palabras
Y descubro con tristeza...
Que no tengo nada que decirme.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Azul y Blanco



Amo y soy amado.
Como nunca.
Pasión y sentimiento en color Azul.
Azul. Azul. Azul.
Y sin embargo...
Miedo, como siempre miedo.
Miedo que me llena de lágrimas.
Lágrimas que inunda la sonrisa que cruza mi rostro, marcado de felicidad
Felicidad que abrasa entre mis manos,
Dicha que duele en las entrañas,
Temor de perder lo que ahora tengo,
Temor de caer por el abismo.
Aunque siempre fui abismo. Abismo Blanco
Blanco. Blanco. Blanco.
Nubes que no quiero...
Y que me envuelven,
Y que me empujan hacia el cielo
Azul, Azul, Azul.
Y me alejan de ti
Distancia dibujada sin contornos.
Llena de vacío
Blanco, Blanco, Blanco

jueves, 24 de marzo de 2011

El Amor, ese matiz




“Cuando te enamoras es una locura temporal, irrumpe como un terremoto y luego remite. Y cuando remite tienes que decidirte. Tienes que averiguar si vuestras raíces se han entrelazado de tal forma que es inconcebible que podáis separaros; porque en eso consiste el amor.

El amor no es ansiedad, no es excitación, ni el deseo de copular a todas horas del día, ni quedarse despierta toda la noche imaginando que él está besando todo tu cuerpo. No, no te sonrojes, es la verdad, eso es solo estar enamorado y cualquiera puede convencerse de que lo está, el amor en si es lo que queda cuando la pasión se ha consumido. No parece emocionante ¿verdad? Pues lo es...”

(La mandolina del capitán Corelli, monólogo interpretado por John Hurt)

Andaba buscando en “La Red” la autoría del anterior párrafo y me ha costado un buen rato saber de qué lugar provenía. No es que el monólogo no haya sido reproducido en páginas, webs, blogs, glups, redes sociales, lugares de contactos y similares, lo que ocurre es que casi nadie pone el origen. La razón de esa ocultación –como tantos otros datos que no circulan en “La Red”- es sin duda el atribuírselo. Y es que las palabritas en cuestión son un gancho inapreciable para cualquier galán en trámites de conquista de hembra con ganas de ser seducida. Digo o escribo “hembra” porque quién las utiliza son, en exclusiva, varones y digo o escribo “con ganas de ser seducidas”, porque una comprobación en google como la que he hecho yo le hubiese informado de que los sentimientos expresados por su galán son un plagio. Y si sus sentimientos son un plagio, toda la parafernalia amorosa que lo acompaña y que nos causa tanto placer, también lo son.

Pero ese axioma falla estrepitosamente cuando se vive en carne propia. Porque aunque las palabras del cortejo amoroso sean siempre las mismas o parecidas; aunque en los besos poco se pueda innovar cuando ya se tiene una práctica acreditada; aunque el protocolo cuando haces el amor con sus caricias dirigidas a las zonas sabidas, o el calor del aliento recorriéndote la espalda, o la transmutación del lenguaje en monosílabos o simples gemidos que alcanzan su volumen más elevado en el culmen del orgasmo, sean semejantes a las que vivimos anteriormente o a las de nuestro vecino, aunque repitamos día a día la monotonía del amor, nos parecerá una novedad si lo compartimos con la persona adeacuda. Tal vez porque el amor sea un matiz. El matiz que nos hace ver lo afín como diferente.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Me voy a la doctora



Estar enamorado y enfermar es lo mismo. Al menos eso afirman una serie de sesudos sabios que no tienen otra cosa que hacer. Dicen que hay muchos que sufren por estar enamorados y no son correspondidos.

Entonces ocurre que, el estado de ánimo producto de la desilusión en no ser correspondido, se puede considerar una enfermedad y sus síntomas son el insomnio, la falta de concentración, irritabilidad, depresión y una extrema sensibilidad.

Esos "sabios", comparan el comportamiento de los enamorados -desde el tiempo de los griegos hasta la fecha- con el de quienes han padecido una enfermedad mental.

Dicen que, el amor, ha estado ampliamente ligado a lo que se llama históricamente locura. Por esto, para él la frase "estar loco por amor" iría más allá de una simple cursilería de canción romántica. Se trata de un problema subdiagnosticado y que se confunde con otras enfermedades.

Muchos consultan porque no pueden hacer frente a la intensidad del amor, han sido desestabilizados por un enamoramiento profundo o sufren porque su amor no es recíproco.

Además de los síntomas ya mencionados, describen que el estar enfermo de amor hacen volverse a uno o una maniáticos y tener comportamientos obsesivo compulsivos, tales como una preocupación excesiva por chequear los mensajes de texto en el móvil o los correos electrónicos. En casos más extremos, esto podría incluso, dicen, llevar a un suicidio.

Y yo me pregunto ¿ Podemos realmente morir por tener el corazón roto?. La falta de esperanza es como un pozo del cual es muy difícil escapar y está repleto de soledad. No se ve ninguna salida y puede llegar a tal nivel de desesperación que simplemente quieres morir.

viernes, 18 de marzo de 2011

Con la mirada fija en el cielo


No hay que enamorarse nunca de una criatura salvaje. Esa fue siempre mi equivocación: me llevaba a casa seres salvajes. Águilas con el ala rota. Otra vez me llevé un lince rojo con una pata fracturada y la última fue una pantera -negra como el ébano- que había sido maltratada en un circo.

Pero no hay que entregarles el corazón a los seres salvajes: cuanto más se lo entregas, más fuertes se hacen. Hasta que se sienten lo suficientemente fuertes como para huir al bosque. O subirse volando al pico de una montaña. Y luego a otro pico más alto. Y luego al cielo. Así he acabado yo: con la mirada fija en el cielo.


Adaptación de uno de los diálogos que aparecen en la novela "Desayuno en Tiffany's" de Truman Capote

jueves, 17 de marzo de 2011

El valor de la ira




La ira te hace sentir muy vivo si no la temes y sabes aceptarla. Debe ser herencia genética, supongo. A fin de cuentas la ira nos sirvió para salir adelante en los tiempos que había que luchar con hachas de piedra y garrotes para perpetuar el genoma y la tribu. Nosotros no somos más que descendientes de los clanes que ganaron sus guerras y para eso se necesita furia. Además la ira hace fluir la sangre a las extremidades, la adrenalina te sale por las orejas y los reflejos se agudizan. Cuando estás tan chutado pueden pegarte un par de hachazos y ni te enteras. Pero si no vas a enfrentarte a algo no necesitas la ira, como tampoco se debe utilizar siempre. Una persona permanentemente airada puede resultar aburrida.

miércoles, 16 de marzo de 2011

En carboncillo


No se puede enmarcar el erotismo.
Nadie ha logrado dibujar la sensualidad.
Nunca se ha podido inmovilizar la pasión.
Pero la belleza, tu belleza aunque sea al carboncillo, es una delicia que no solo debemos admirar sino que tenemos que adorar.

¡¡Felicitats!!

martes, 15 de marzo de 2011

Háblame de tus sueños




Hay algo que no percibo de ti y son tus sueños ¿No tienes sueños o es que no quieres hablar de ellos? Cuando alguien quiere ser sincero explica sus miedos pero los sueños son más íntimos y más interesantes. Ah! Y me refiero a los sueños de verdad, no a los deseos. Si me quieres regalar tu vida, dame tus sueños.

lunes, 14 de marzo de 2011

Demasiada velocidad


Mientras el tren chocaba contra la niebla a más de trescientos quilómetros por hora, se mensajeaban por uno de esos programas que se incluyen en los teléfonos móviles de ultima generación. Escribían sobre el Amor.

- ¿Sabes lo que significa Amor etimológicamente? –preguntaba El- “A” significa “sin” y “mor” es una contracción de la palabra “mortem” es decir, “muerte”.
- “Sin muerte” ¡qué bonito! –respondió Ella.
- Por eso hablar de Amor eterno no tiene sentido por su redundancia. La misma palabra lo lleva implícito…
- Y es tan maravilloso el Amor…
- El Amor no existe o, mejor dicho, somos incapaces de experimentarlo.
- ¿Pero qué dices? Yo siento Amor, sino ya me dirás qué son esas ganas de estar con alguien, ese deseo de unirte a Él, de escuchar su voz, de oler su piel, esa pasión que se siente cuando te acaricia…
- Eso es otra cosa, llámale si quieres ‘enamoramiento’, ‘tensión sexual’ o ‘atracción” pero no Amor. Eso es impropio de los mortales…
- Mira, tengo que dejarte ahora, luego seguimos con esta conversación.
- ¡Estupendo!

El tren, como siempre, llegó a su destino de tiempo y espacio marcado por los hombres. La conversación no, nunca llegará a su final porque, hablar del Amor, es eterno.

domingo, 13 de marzo de 2011

Prueba de amor




- No conozco casi nada de ti. Sabes tu más cosas de mi que yo de ti –dijo Ella con cierto tono de reproche.

Fue entonces cuando El le explicó todo sobre su familia, su trabajo, sus costumbres, su manera de ver la vida y lo enamorado que estaba de Ella.

- Dices que me quieres –insistía Ella- pero no he oido nada que no le hayas contado a tus anteriores amantes.

Como El andaba loco por aquella niña caprichosa, le dio la contraseña de su cuenta corriente.

No llego nunca a entender el porqué de la desaparición de Ella. Lo que si se prometió es no explicar nunca mas sobre El y en lugar de decir “te quiero”, soltarles “6944”, la clave de su caja fuerte.

viernes, 11 de marzo de 2011

Fuera de control

De todo se aburre uno, ángel mío, es una ley de la naturaleza y esas leyes están más allá de mi control. Por tanto, si hoy me aburro con una aventura que me ha ocupado desde hace cuatro meses mortales, está más allá de mi control.

Si, en este caso, he tenido exactamente tanto amor, como tú virtud, y ya es mucho decir, no es extraño que los dos hayan terminado al mismo tiempo. Está más allá de mi control.

De ahí viene que desde hace algún tiempo te engaño; pero también me obligaba a ello, en cierto modo, tu despiadada ternura. Está más allá de mi control.
Hoy una mujer a la que amo locamente exige que te sacrifique. Está más allá de mi control.

Me doy cuenta, es cierto, de que ésta es una buena ocasión para clamar perjurio; pero si la naturaleza acordó a los hombres constancia, mientras les daba a las mujeres obstinación, está más allá de mi control.

Hazme caso, elige otro amante, como yo elegí otra amante. Este consejo es bueno, muy bueno; si lo encuentras malo, está más allá de mi control.

Adiós, ángel mío, te tomé con placer, te abandono sin pesar; puede que vuelva a ti. Así anda el mundo. Está más allá de mi control.

(Extraído de "Les liaisons dangereuses", "Las amistades peligrosas" de Pierre Choderlos de Laclos, 1741-1803)




Se oye "Fly me to the moon" (Llévame volando a la Luna) de Frank Sinatra