viernes, 14 de enero de 2011

Opciones




Aquellos ojos tenían vida propia. 

Podías separarlos de la nariz, la boca, las orejas e incluso de la frente, que continuarían escrutando, vivarachos,  lo que abarcase su ángulo de visión.

Eran…

el aire que respiraba,
el alimento que necesitaba,
la melodía que escuchaba,
el pensamiento que albergaba.

No necesitaba de ellos para…

oler porque eran el aroma mismo,
saborear un beso porque eran el gusto mismo,
oír porque eran auténtica melodía.
soñar porque eran el sueño
pensar porque eran la idea misma. 

Había dos opciones para quienes eran atrapados por el influjo de su mirada…

refugiarse en ellos para salvarse de su ternura,
o,
sucumbir con ellos en una espiral infinita de pasión.