viernes, 27 de agosto de 2010

¿ Distancias ?

                 


                - Lo hacemos bien porque no nos vemos casi nunca -decía Ella-. Si nos viéramos a  todas horas,    esa intensidad no sería posible.

Él tuvo la oportunidad de trasladarse a la ciudad donde vivía Ella y repitió convencida:

                 - No lo hagas. Para empezar, nuestra relación se vería afectada. Tú querrías verme cada vez más a menudo y se rompería este equilibrio que nos impulsa a vernos en cuanto nos es posible. Sería romper un maravilloso hechizo.

Era cierto, esa separación significaba que Él le podía contar todo a Ella y se correspondían cuando se necesitaban a pesar de la distancia. En una ocasión, Él la llamó para contarle, con una voz desgarrada y doliente, que la que había sido su compañera de cama durante años, le había abandonado. Ella le contestó de un modo dulce y decidido:

                - Entiendo que te sientas solo... que estés triste. Mira lo que voy a hacer: mañana cojo el avión y voy a verte. Nos pasaremos todo el día en la cama. Y cuando me vaya dejaré mi sudor en tu piel:

Separados y, sin embargo, cercanos, cercanos como Ella decía. La pasión perduró años, unida a un cariño y a una entrega que había crecido y reforzado, lenta pero inexorablemente, hasta resultar de una solidez ejemplar. Ella cayó enferma y ya no quiso verlo. Aquella desgarradora separación había durado un año, en el que sólo hablaron por teléfono:

               - Quiero que me recuerde bella como cuando estaba bien... Tu has sido alguien especial, recuérdame carnal y feliz.

¿Qué es la muerte? Si todavía no sabemos lo que es la vida, ¿ cómo puede inquietarnos el conocer la esencia de la muerte? (Confucio)