Ha sido un auténtico flash. Un flechazo instantáneo. Andaba camino de la óptica cuando me la he encontrado tras los cristales de aquella tienda. Es alta y estilizada. Morena de cabellos largos y unos infinitos ojos negros que me cautivaron al instante. Sonreía. Sonreí. Entré en el comercio sin dudarlo venciendo la partida a la timidez. Bastaron dos palabras para que aceptase venir conmigo. Ahora la tengo en casa, junto a mí. ¡Por fin encontré a la mujer de mis sueños!
2 comentarios:
que gran esmero le puso cupido en ese "flash".....efectivo, fulminante!!! :)
Para Oso cavernario, esmerado comentario
Presiento que sabes mucho de eso... ;)
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