lunes, 6 de septiembre de 2010

Punto


El impacto fue brutal aunque Él no se enteró de nada. Esa era la ventaja de caer desde una altura considerable, llegar muerto al suelo. 

La colisión fue de tal magnitud que quedó hecho un amasijo en la superficie. Era una masa que visualizada desde la distancia aparecía redonda y negra. Un pequeño punto sobre una inmensa llanura. 

Con el paso del tiempo a ese punto fueron añadiéndose otros. Muchos más hasta formar una línea que se fue alargando hasta que ya no se pudo saber hacia dónde iba.

La llanura se había quedado pequeña para la extensión de la línea.

Alguien decidió averiguar de dónde venía y dónde terminaba aquella línea que parecía infinita. Y se puso a caminar por ella. Aún no lo sabía pero caminaba en círculo, como muchos otros antes que Él lo habían hecho. Como muchos otros lo harían cuando Él formase parte de otra interminable línea.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Parece un cuadro de "Miró", puntos negros en la nada........ Prefiero la tangente

Ernesto Líneas dijo...

Para Oso cavernario, nada tangencial

Si te dijese yo a ti lo que prefiero ¡La Geometría entera!